Quien no quiere enamorarse a la
salida del trabajo, en la cola para el bus o tal vez en la fila del supermercado.
Quien no quiere voltear la esquina y reconocer a su otra mitad sonriendo por ahí.
Quien no quiere encontrar al amor de su vida, saltando de puntillas para no
pisar el jardín.
Quien no quiere enamorarse al
llegar después de un largo viaje, en la espera del vuelo o en la puerta de
desembarque. Quien no quiere pedir su plato favorito y recibir con la cuenta a
la persona ideal. Quien no quiere bailar muy de noche y tener un pequeño roce, con la más hermosa del
lugar.
Quien no quiere enamorarse
caminando por ahí, al cruzar la acera subir las escaleras y verla salir. Quien no
quiere dar una vuelta al parque y que el Mundo se pare, porque tu otra mitad
paró un taxi amarillo. Quien no quiere ser el afortunado, de tener al lado, a
la persona que te puso el Destino.
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