27/10/13

El café de Daniela

El café de Daniela, no se enfría ni quema.  Lo tengo preparado para cuando se siente a mi lado y me cuente con risas sus penas. Tiene tres de azúcar para que endulce nuestra conversación. Es marrón oscuro, como sus ojos puros, de alegría y emoción. El café de Daniela, está en espera con la paciencia que ella se merece. Yo aguardo el día en que ella me diga: Te veo donde siempre.

El café de Daniela, está servido en la mejor mesa. La tengo reservada para cuando me vea a la cara y me hable de los sueños en su cabeza. Tiene una galletita para que acompañe el sabor. Está en una taza tan blanca como su alma y tiene la temperatura exacta de calor. El café de Daniela, aguarda con ilusión escuchar algo de su voz. Yo también confió, que un buen día de domingo, la encuentre en el café al que voy.


El café de Daniela, no se demora ni se acelera. Lo tengo preparado para cuando haya aceptado, cumplir mi sueño y su promesa. Tiene el aroma perfecto para que se sienta como en casa. Tal vez sin querer queriendo, me diga sonriendo: tomemos otra taza. El café de Daniela, espera y no desespera por un “si”. El día menos pensado, se sentará a mi lado y yo le diré: Muchas gracias por venir. 

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