
Ya no tengo que escribir. Ya no tengo amigos de inspiración. Ya no tengo frases mal escritas que serán salvadas por el famoso"word". De que redacto, de que me "retracto" al arrugar la hola de papel. Ya no invento mentiras ni verdades, difíciles de creer. Por que lugares extraños se fueron fugando las ideas de los libros, los personajes de siempre con distintos nombres. Donde viajaron las damas de "rizos" que fueron y serán los mejores amores.
Ya no tengo que escribir. Ya no tengo historias que contar. Ya no hay comentarios que me vengan a decir: "Jorge, que loco que estás". De que escribo, que es lo que "digo" si ya casi dije todo. A lo mejor no es lo peor, no sabes que contar. Seguro es tiempo de escuchar, de llenar las arcas de nuevas historias. De tomar un descanso en la comodidad de un banco y dejar de pensar. Eso eso si, es lo que me provoca.
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