El Amargado

Soy un amargado, lo reconozco. Es que hay ciertos aspectos de la vida que detesto, que odio. A veces pienso que al Mundo le gusta probarme la paciencia. Que me inquieta para “fruncir el seño” y explotar de mil maneras. Muchas veces no lo hago porque quiera, pero existe cada persona con cada mal hábito que me rompe la tranquilidad. Me exaspera su idiotez y no lo puedo soportar. Soy un amargado, lo entiendo… pero no creo que pueda cambiar.

Soy un amargado. Es que me molesta en el alma cuando la gente promete y no cumple lo pactado. Si hay hora, que sea a la hora. No me importan los pretextos, detesto las demoras. Todo tiene que salir como se pensó la primera vez. No hay espacio para los errores ni para ningún “Plan B”. Todo tiene un motivo, una razón. No hay porque romper el ritmo de las cosas, ni siquiera por alguien, ni siquiera por el amor. Soy un amargado, lo escucho de cuando en cuando. La verdad no me interesas mucho. Lo que pienso, lo que escucho no tiene ningún valor.

Soy un amargado. Pongo mi defensa antes de darme por derrotado. Aducen el hecho por que aun no conozco el amor verdadero. Porque en el fondo quiero que no me crean asi. Que todo sería más sencillo, si me diera cuanta en el camino... que la vida es para “vivir”. Que necesito relajarme, entender las "demás partes" antes de golpear a mi hígado. Que respire profundo y sonría como niño.

Soy un amargado, lo reconozco. Por eso quiéreme cuando menos lo merezca... porque será cuando más sea necesario.