8/3/09

La prueba más fuerte


Los amores se le iban como las hojas de los árboles en pleno otoño, en plena soledad. Los “caballeros con armaduras” siempre la dejaban por buscar futuros mejores. Sola esperando en la torre, nunca los veía tras el viaje regresar. Condenada a amar a lo lejos, ha perdido la alegría de creer en un futuro alimentado por llamadas, por cartas frías y figuras en forma de corazones en ese colorido monitor.

¿Que será? ¿Que pasará? Que ya la espera dejo de tener algo de “esperanza”. Ya ese nudo en la panza no se apretó nunca más. La lejanía a veces la empuja a la incertidumbre. Abre la posibilidad de terminar con el sacrificio de amar sin ver, sin tener a ese amor para abrazar. Es la prueba más fuerte, desistir de ser impaciente y decidirse a no dudar. El amor verdadero sobrepasa todo y elimina una a una cada indecisión. La pregunta es ahora saber, si ese amor sigue siendo el de verdad.

Tal vez ella es demasiado. Seguro le espera el hombre más “parecido al indicado” muy cerca, o tal vez en otra lejana ciudad. Terminará siendo la más querida, la más esperada. De eso no hay dudad ni la habrá. El problema para ella es saber si él que la espera algún día regresará para no marcharse de nuevo. O tal vez un amor nuevo de pie al comienzo del final.

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