
Me salvaste de la horca, de la vida misma y la "caída de la bolsa". De la perdida de fe. Solo basto atender una clase de tu "curso de coraje" para ponerme de nuevo en la lista de un intento más. Me hiciste sobrellevar las deudas del mes, recordándome que tal vez, la vida vale más que el sueldo. Me curaste las heridas cardiacas, de los problemas de "faldas" y del amor no correspondido.
Me sanaste los oídos, diciendome lo que había olvidado escuchar. Entraste a mi Mundo que de "mejor" tenia nada, conjugando palabras para darme la razón de vida. Poco a poco entre Lunes y Domingo, fuiste mejor ayuda que "rezo" en cataclismo y agua en pleno "Bagdad".
Fuiste regañandome mis especialidades, soltando mis verdades, junto a una paciencia de maestras de "Kindergarden". Volteaste la pagina oscura de mi autobiografía con censura, que escribía según yo a diario "cada mes". Despacio, cual carrera de tortuga, diste fin a la tortura de creerme solo entre tantos. Con la razón y el Mundo contra ti, arriesgaste la vida y días para rescatar a este "Ogro durmiente" en la torre más alta de la ciudad.
Reanimaste el corazón a 1000 voltios de razón, en los momentos de auto estima baja como el dolar. Me salvaste así de la nada entregando el alma por pura convicción. Es bueno saber que hiciste todo por mi, nunca pensando solo en ti.
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