Yo no quiero a la que se queja de todo. A la triste “damisela” que espera que alguien la rescate del ogro. Yo no quiero a la “cursi”, casi insoportable chica rosa que llora y llora. Yo no quiero a la desprotegida e indefensa niña de colegio, que solo sabe hablar de la moda. A la dramática reina de la peor novela cursi de la televisión. A la “insegura” que habla y habla de su vida y su dolor. Yo te quiero a ti y a nadie más. Por ser esa guerra implacable que defiende sus ideas y lucha por su verdad.
Yo no quiero a la mandona que siente celos de todo. A la “jefa” del trabajo que habla y habla hasta por los codos. A la mal humorada casi “malvada” que no entiende razones. A la bruja del cuento que de momento, pretende ganarse el amor con conjuros y pociones. Yo no quiero estar consternado por horarios de llegada ni palabras de más. Yo no quiero ser dueño de nadie y no quiero ser esclavo de alguien más. Yo te quiero a ti porque eres libre como el aire. Ese aire que me da campo para volar. Yo quiero tu confianza y tu fe en mí. Esa que con tiempo, me llegaste a regalar.
Yo no quiero a la “quejona” ni a la vieja “gruñona”. A la que le busca cinco pies al gato, que por metáfora seria yo. Yo te quiero a ti, por que eres el “espíritu libre” que siempre pensé encontrar. Porque cuando te equivocas, eres tan valiente que lo llegas a aceptar. Yo no quiero a la chica que es el alma de la fiesta, ni a la amiga que te propone algo más. Yo te quiero a ti porque inclusive en tus malos tiempos, tratas de llevar la fiesta en paz. Yo no quiero escuchar el "drama de otra dama" que no seas tu.
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