Día de trabajo (relato)

Amanece el fin de semana y hay que levantarse y lavarse bien la resaca del viernes. "Hay trabajo" se escucha en la mente mientras cepillo el amarillo del cigarro de la noche anterior. No hay remedio, pues el trabajo paga las cuentas y dignifica la vida o mejor dicho, "paga tu vida". El bus de siempre me espera con las ventanas cerradas y los ladrones de carteras. Hay asiento, es un milagro real, bueno, hasta que alguna alma cansada con cabellos canos sube y se acaba la fantasía.

Llego, el escritorio esta ahí, ni bien me siento comienzan a venir las personas con deseo de departamento propio. -Solo hay departamentos a partir del 10mo piso para arriba sin cocheras-. Disculpe... tiene pisos bajos?. La desaparición me entra por las venas por la poca memoria de algunas personas. -señor, le acabo de decir que no hay pisos bajos- ¿Que hay de las cocheras?.

Las horas pasan mientras nado en papeles con sellos que manchan mi camisa. Hay tantas firmas y ninguna mía. Siguen las personas entrando y de vez en cuando entra una pareja nueva con el amor como apellido. Lo mejor de esto es ser parte de su comienzo como pareja, sus primeros pasos. Ayudarlos a comprar el techo que con suerte no terminará a nombre de solo "uno" en algún juzgado. He salvado una vida, al menos ayude en algo a un futuro nuevo. Felicidades, el departamento es suyo.

Hora del almuerzo. El menú no será sorpresa pues el restaurante debajo del metro es el mismo de siempre pero el hambre de hoy... muy diferente. El cigarro y la camina ya es clásica, viendo las personas y soñando despierto al mismo tiempo.

Muere el día y las 8 horas están ya agonizando. Todo listo para el día de mañana que quizás sea tan interesante y aburrido como el de hoy. Estoy feliz, me siento feliz a pesar de todo. Tengo algo que me hace mejor. Además en casa me esperan para el lonche ya que aun no llegas de nuevo a mi. Estoy saliendo y se abre las puerta, no lo puedo creer. Aun hay atención? Dice la señora vestida de azul. Por dentro recuerdo a su familia entera pero es "mi deber atender a esta molesta mujer".

Tomo asiento y escucho... Quiero pisos bajos y conchera también.