El Bar "Festirock"

En ese lugar he reído tanto que ni recuerdo cuando lo he vuelto a hacer. He repartido abrazos, besos a personas que se merecían eso y mucho más. Verdaderos amigos repartieron conmigo, un brindis a mi nombre y a los suyos también. Ese lugar guarda en sus mesas la mejor época de mi vida. Ese lugar fue y será el escondite perfecto a la rutina del trabajo y a las aulas de algún lugar. Acoge en su ambiente risas de gente que comparte conmigo algo en común, la felicidad producida por una buena compañía o tal vez por un buen licor.


Se llama Festirock, que para mi es sinónimo de noche de cerveza y buen humor. “Bar” mágico con un servicio especial para una noche especial. Con bellas chicas dedicadas a tu atención, con música rockera de alguna banda que causo emoción algún tiempo atrás. Fui con el amor de mi vida en “ese momento”. Ahí planee huidas al lado de la mujer más hermosa del Mundo. Ahí también solté un comentario triste por alguna “partida”, por algún… “ya no te quiero”. Me senté de tarde y termine de muy noche. Bebí más de lo que pensaba, sonreí hasta gastarme la billetera, sali con una sonrisa de cara a cara.

Por eso, nunca dejo de refugiarme cada cierto tiempo en sus mesas de madera, en sus jarras de Cerveza, siempre acompañado de alguien que merezca ese lugar. Por eso lo considero parte de mi vida, de mi escurridiza felicidad. No en vano queda en el distrito que me tuvo como hijo tantos años. San Miguel, no podía dejar de parir tremendo lugar. Por eso, si te sientes suicida por tristeza, si sientes que no hay ni siquiera “mentiras” para continuar. Cambia el rumbo y toma camino para encontrar algo para tomar. Siéntate con suerte, en mi mesa de siempre y pide una cerveza en el nombre de la verdadera felicidad. Entra al Festirock y no pienses en pensar. Saludame al sr. Jesús, el dueño y dile que este viernes no dejo de llegar.