Casada con el Diablo

Casada con el Diablo, dormía con el miedo como almohada. Con una pistola en la cara, cargada de la locura disfrazada de amar. Cada día, cada tarde, se muestra ese alarde de su masculinidad. Golpe tras golpe, le recuerda el infierno de su vida matrimonial.
¿Cuándo empezó? ¿Cuándo termino ese amor inmortal? Ahora ni los hijos se libran del azote de su locura que siempre se oculta cuando se exponen ante la temida sociedad.

Casado con el Diablo, espera desesperada verlo llegar. Dando comienzo así al horror producido por el alcohol que corre por la sangre del Diablo amo y señor. Muda por el terror, tiembla por las consecuencias de su grito de ayuda. “Calla por los codos” cuando la familia la interroga por el ojo “rojo odio” del cual ya les hable en una carta anterior. Los hijos con miedo ven actuar al demonio en saco que les dio la vida. Futuro “Kafka” y futura “asesina”.

Presa del Diablo, un día escapo del Averno del fuego hacia el ignorado comienzo que él siempre le negó. El Diablo furioso busca la venganza consumido por el licor y la desesperanza. Ella no esta sola. Las puertas del cielo se abren de par en par con los brazos de la familia que la cojeen con el amor que hace 12 años no sentía. Después de un tiempo lo masoquista del “Humano idiota” la hace regresar y perdonar. Que triste saber que del Diablo, nadie se quiere divorciar.